El lenguaje literario:
El Lenguaje Literario es el nivel más alto de uso de la lengua. El Lenguaje Literario da gran importancia a:
El Lenguaje Literario es el nivel más alto de uso de la lengua. El Lenguaje Literario da gran importancia a:
- el contenido (lo que se dice)
- la forma del mensaje (cómo se dice)
Características del Lenguaje Literario:
Las principales características del Lenguaje Literario son las siguientes:
- Se utiliza un lenguaje culto con riqueza de vocabulario.
- Se utiliza la función poética del lenguaje para darle belleza. El Lenguaje Literario utiliza recursos para embellecer el lenguaje: comparaciones, metáforas...
- Las palabras se utilizan con sus significados connotativos, ya sabes, el significado personal de las palabras.
- Se utilizan recursos lingüísticos y figuras retóricas, para dar más fuerza y belleza al texto.
- Puede utilizarse la prosa o el verso.
- Prosa: Es la forma más natural de expresarse.
- Verso:
- Se mide el número de sílabas. Medida.
- Los versos llevan acentos rítmicos. Ritmo.
- Se relacionan los versos con la rima, formando estrofas.
- Se unen estrofas formando poemas.
Ejemplos de Lenguaje Literario:
La carretilla
"En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de yerba y de naranjas. Una niña, rota y sucia, lloraba sobre una rueda, queriendo ayudar con el empuje de su pechillo en flor al borricuelo, más pequeño, ¡ay!, y más flaco que Platero. Y el borriquillo se despachaba contra el viento, intentando, inútilmente, arrancar del fango la carreta, al grito sollozante de la chiquilla. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores.
Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. Lo obligué, entonces, con un cariñoso imperio, y Platero, de un tirón, sacó carretilla y rucio del atolladero y les subió la cuesta.
¡Qué sonreír el de la chiquilla! Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas.
Con su llorosa alegría, me ofreció dos escogidas naranjas, finas, pesadas, redondas. Las tomé, agradecido, y le di una al borriquillo débil, como dulce consuelo; otra a Platero, como premio áureo."
"En el arroyo grande que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de yerba y de naranjas. Una niña, rota y sucia, lloraba sobre una rueda, queriendo ayudar con el empuje de su pechillo en flor al borricuelo, más pequeño, ¡ay!, y más flaco que Platero. Y el borriquillo se despachaba contra el viento, intentando, inútilmente, arrancar del fango la carreta, al grito sollozante de la chiquilla. Era vano su esfuerzo, como el de los niños valientes, como el vuelo de esas brisas cansadas del verano que se caen, en un desmayo, entre las flores.
Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante del borrico miserable. Lo obligué, entonces, con un cariñoso imperio, y Platero, de un tirón, sacó carretilla y rucio del atolladero y les subió la cuesta.
¡Qué sonreír el de la chiquilla! Fue como si el sol de la tarde, que se quebraba, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, le encendiese una aurora tras sus tiznadas lágrimas.
Con su llorosa alegría, me ofreció dos escogidas naranjas, finas, pesadas, redondas. Las tomé, agradecido, y le di una al borriquillo débil, como dulce consuelo; otra a Platero, como premio áureo."
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